En España, las mujeres migrantes que trabajan como cuidadoras de personas dependientes enfrentan numerosos desafíos que afectan su bienestar y calidad de vida. Entre las consecuencias en su salud, esta el aspecto psicologico, más especificamente hablando en su salud mental. Situaciones como el estrés de la migración, la adaptación cultural, y posibles experiencias de discriminación, puede llegar a ser tan profundo y desolador que muchas veces pasa desapercibido hasta por la propia mujer que lo percibe.
Desde el campo de la sociología podemos describir algunos datos del contexto y desafio actuales: Las cuidadoras de personas dependientes, especialmente las mujeres migrantes, enfrentan condiciones laborales precarias, discriminación y problemas de salud mental. Según datos recientes, aproximadamente el 87.9% de las personas cuidadoras no profesionales de personas dependientes en España son mujeres.
Y podemos añadir segun los datos aportados en el estudio de M. Díaz y R. Martínez-Buján sobre Mujeres migrantes y trabajos de cuidados: transformaciones del sector doméstico en España (2017): Se contabilizaron 565 mil trabajadoras ocupadas como personal doméstico y cuidadoras de personas mayores y niños a domicilio, de las cuales 356 mil declaraban no haber nacido en España, según datos de la Encuesta de Población Activa de ese año.
Debido a la la gran demanda de generar respuestas ante la creciente necesidad de cuidados a las personas dependientes en España, el modelo migratorio se desarrolló acorde con esas necesidades favoreciendo la regularización (obtención de los permisos de trabajo y residencia) de las personas insertas en esas actividades, así como de las nacionalidades que ocupan mayoritariamente ese ámbito laboral, son en su mayor medida de origen latinoamericanas fundamentalmente. Y segun el analisis de este estudio puede considerarse un caso específico si se compara con otros países del entorno europeo.
¿Servicio doméstico o cuidados a personas dependientes?
Díaz y R. Martínez-Buján señalan que evaluar el peso del trabajo de cuidados en los hogares resulta una tarea complicada. A la inexistencia de una definición concreta sobre las tareas consideradas como “cuidados”, se le unen al menos dos complicaciones más.
Por una parte, esta actividad tiene una relevante presencia en la economía sumergida y, por lo tanto, no aparece en los registros administrativos de la Seguridad Social, si la persona se encuentra de forma irregualar en el pais, o aunque se encuentre en situacion adminsitrativa normalizada no tenga un contrato laboral. Y por la otra , ni estadísticamente ni culturalmente es reconocida como una categoría de ocupación específica diferenciada del sector doméstico, por lo que el empleo en el hogar es frecuentemente la ocupación bajo la cual se agrupan las tareas de asistencia personal a personas dependientes.
La gran desconocida
Tradicionalmente la mujer inmigrante ha sido la gran desconocida de los procesos migratorios, a pesar de la importancia de la migración femenina, dado que siempre han participado en los procesos migratorios, aunque no se encuentre en los estudios pasados.
Según datos de la OIM (Organización internacional para las migraciones), las mujeres representan hasta un 50% del total de migrantes internacionales, sin embargo, no es hasta la decada de los años 80 del siglo XX cuando la teoría migratoria ha incorporado a la mujer en las diversas áreas de la investigación social (Gregorio Gil, 1998).
Segun la investigacion sobre Las dificultades de las mujeres inmigrantes para la insercion laboral en España (Fariña Rodriguez, A. 2017) no es hasta principios de los años ochenta cuando se comenzó a estudiar a la mujer como agente en los procesos migratorios. Fariña señala que: Es a partir de 1995, a raíz de la publicación del informe de la ONU Mujeres inmigrantes, la mitad invisible, cuando muchos países, entre ellos España, comienzan a tener en cuenta la consideración de mujer e inmigrante desde el punto de vista económico, dando a conocer su importancia en el mismo. Y, de esta forma, consolidando la necesidad e importancia de investigar las migraciones teniendo en cuenta la variable género (González Rodríguez & Mesa Marrero, 2007; Barreto Vargas, 2004). Señala en su estudio al observarse las estadisticas de los flujos migratorios, está cada vez más acentuada, llegando incluso a una feminización y dentro de las causas principales a la hora de comenzar el proceso migratorio, se rompe con el rol de la mujer dependiente y se comienza a hablar de la mujer como elemento autónomo de las migraciones. Es asi como la feminización de los flujos migratorios se ha producido por cambios encontrados en las formas de producción y reproducción (Parella Rubio, 2003).
Indudablemente la mujer inmigrante tiene una fuerte presencia en la sociedad española, debido a la feminización de las migraciones. Así mismo, constituye un elemento clave de en la economía, además de aportar a la sociedad de acogida otros factores como podrían ser el aumento de la natalidad (Martín Sánchez, 2011).
A pesar del aumento de personas de origen diverso, aún se persisten actitudes discriminatorias hacia el colectivo inmigrante, por ejemplo, a la hora de desarrollar tradiciones y costumbres alejadas de las propias del país de acogida, y en algunos casos por el simple hecho de la diferencia en la apariencia física (Martín Sánchez, 2011).
El caso de la mujer inmigrante evidencia una doble discriminación dado que, a la hora de recibir actitudes discriminatorias, son ellas las que las reciben en mayor proporción no solamente por ser inmigrante, sino también por el hecho de ser simplemente mujer (Martín Sánchez, 2011).
En este sentido es fundamental que las políticas públicas apoyen y promuevan iniciativas que garanticen el bienestar de todas las personas cuidadoras y, por ende, de las personas dependientes que cuidan
Las mujeres migrantes cuidadoras son las heroínas invisibles
que, con su amor y dedicación, construyen puentes de esperanza y solidaridad en
nuestras comunidades.
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