Dentro de nosotros coexisten dos voces, totalmente, contrarias:
- Una refleja lo mejor de nosotros mismos (la que yo llamo “motivadora”), la que nos levanta cada mañana con la energía necesaria para dirigirnos a la acción (¡Venga que podemos con todo y más! ¡Vamos a comernos el mundo que no se va a comer solo!).
Por otra parte está esa voz crítica interior (la que yo llamo “destructora” o “la anti-yo”; la que no nos permite sacar lo mejor de nosotros mismos), que se manifiesta en forma de pensamientos negativos (¡No vales para nada! ¡Eres un inútil!).
A veces, la voz del “anti-yo” está a todo volumen y la voz “motivadora” queda perdida en nuestra mente como si estuviera en el fondo de una habitación ruidosa.
Para desafiar a nuestra voz crítica interior y poder escuchar nuestra “yo motivadora”, podemos hacer el siguiente ejercicio:
Nº 1: Dibujar a la voz crítica interior:
Debemos explorar desde el dibujo de qué fuentes se alimenta, p.ej: los padres, amigos, etc.
Nº 2: Escribir qué dice:
¿Qué nos dice cuando logramos algo? (“no es para tanto…”)
¿Qué nos dice cuando nos equivocamos? (“eres tonto, un auténtico inútil”)
Para él, nunca somos, ni seremos, lo suficientemente, buenos. Lo que logramos es mediocre y cuando nos equivocamos, cometemos errores imperdonables.
N 3º: Tomar distancia con ella:
La voz crítica interior no valora la realidad de forma objetiva. Su punto de vista es en base a unas experiencias llevadas al extremo negativo. Realmente, no son tan negativas como nos quiere hacer ver.
Por eso, es importante la actitud que adoptamos ante las experiencias (sean positivas o negativas):
Positiva: “no es para tanto, otros lo hacen igual de bien” vs. “lo he hecho muy bien y debo estar orgulloso de ello”
Negativa: “me he equivocado, soy un desastre” vs. “me he equivocado pero, la próxima vez, lo haré mejor”.
Nº 4: Responder con claridad y firmeza:
Es necesario responder a sus críticas con argumentos:
“No se me da bien esto pero, se me da genial esto otro. No soy un desastre en todo. No debo generalizar”.
“Hoy lo he hecho mal, mañana lo haré mejor porque intentaré no caer en los mismos errores”.
“Si no lo he hecho nunca, es normal que no me salga a la primera bien”.
“Soy una buena hija aunque, a veces, se me vaya la pinza y no llamo a mis padres cómo debería”.
“Aunque no lo he hecho perfecto, puedo sentirme orgulloso”.
Nº 5: No caer en el auto-odio, auto-desprecio:
Tomar consciencia: “me niego a hacerme daño a mí mismo” y si lo hago pondré mi esfuerzo para darme cuenta, observar a mi voz crítica e intentar no dar bombo a sus distorsiones.
“¿Me he equivocado? Sí pero, no soy un fracaso. He tenido éxito en varios aspectos de mi vida y esto será solo un bache.”
Nº 6: Abandonar la comparación dañina:
Dejar de usar las comparaciones para hacernos daño.
Dar lo mejor de nosotros, sí... pero, sin criticarnos por no ser los mejores.
“Soy guapa, a pesar de no ser la más guapa de la clase”.
Elisabet Aguiló
Psicóloga
Coach Especialista en Nutrición y Salud
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