¡El aislamiento social es perjudicial para la salud!
Cuando pasamos tiempo con amigos, experimentamos más emociones positivas como la alegría. Pero, cuando nos sentimos solos, experimentamos altos niveles de estrés y, de forma habitual, nos bombardean pensamientos en bucle.
Cuando la persona se aísla, se enfrenta a más estresores psicológicos porque, al no tener relación con los demás, es imposible escapar de su propio pensamiento y gestionar de forma más efectiva sus ansiedades (un solo individuo le es más difícil ver las diferentes partes de un problema, es común ver solo lo negativo).
Sentirse solo no tiene relación con el tamaño de la red social. Es decir, el grupo de amigos de una persona no siempre es indicativo de soledad: una amplia red de conocidos puede carecer de relaciones significativas y satisfactorias, mientras que un grupo pequeño y unido puede contener relaciones significativas y gratificantes.
A veces, el popular de la clase es el más triste. Lo importante es rodearnos de personas que nos proporcionen ayuda en los momentos vulnerables (necesitamos un entorno seguro y protegido en el que prosperar).
Sin conexiones profundas y de apoyo, tendemos a sufrir trastornos psicológicos, entre otros problemas de salud. Se ha demostrado que las personas que viven aisladas tienen un riesgo de mortalidad de 2 a 4 veces mayor que aquellas que tienen un contacto social frecuente con amigos, familiares o su comunidad.
La biología nos impulsa a establecer y mantener conexiones sociales para asegurar la supervivencia. Debido a esta finalidad, quizás la naturaleza dote a las personas solitarias de más emociones negativas (al individuo aislado no se ve recompensado con felicidad).
Elisabet Aguiló
Psicóloga
Coach Especialista en Nutrición y Salud
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