El optimismo aprendido es un término acuñado por Martin Seligman.
Martin Seligman no compartía algunas premisas de Skinner y Freud de que el ser humano es resultado de su pasado.
Demostró que tenemos una configuración mental que viene de nuestra niñez y que nuestras circunstancias de vida nos afectan pero, al final siempre tenemos una decisión interna que podemos tomar.Observó que las personas que tienden al pesimismo han aprendido a darle definiciones muy específicas a sus problemas. En primer lugar piensan que sus problemas son permanentes y que nunca van a cambiar; segundo, entienden que estos problemas afectan todas las áreas de su vida o todas sus metas y no un área en específico; tercero, entienden que los eventos negativos suceden por su culpa y no debido a causas externas.Por otro lado, las personas optimistas hacen lo contrario. Ven sus problemas pasajeros, entienden que no ser bueno en un área no significa no ser bueno en el resto, y por último, atribuyen los resultados negativos a eventos externos.
Relacionándolo con el contexto en el que vivimos, debemos hacer cosas que nos hagan más felices en nuestro día a día como: leer un libro, hacer yoga,… alejándonos de la monotonía de estar en la cama o el sofá, sin hacer nada.
No obstante, a pesar de que es necesario no sucumbir ante las emociones negativas y el pesimismo, debemos entender que esto tiene un propósito.
Después de todo, no nos gustaría que un político exageradamente optimista, lleno de alegría y felicidad se encargue de levantar la cuarentena por coronavirus, no vaya a ser que en su entusiasmo se baje la guardia en las medidas de seguridad y pueda causar, su acción, numerosas muertes.
Elisabet Aguiló
Psicóloga
Coach Especialista en Nutrición y Salud
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