- Estaría más de acuerdo, con la guía del plato, ya que afirma que la mitad de nuestros platos deben estar constituidos por vegetales y frutas, limitando el consumo de proteínas a un cuarto del plato y otro cuarto a los hidratos, priorizando que estos sean integrales (dejando de lado los productos refinados).
- Es decir, se trata de dividir un plato distintas partes y presentarlo de la siguiente manera:
Verduras. Las verduras tienen que ocupar la mitad del plato. Es posible que esta cantidad sea mayor de la que estamos acostumbrados a comer. Aumentar el consumo de verduras aporta fibra, vitaminas y minerales a nuestra alimentación. Además, las verduras favorecen la saciedad. Se recomienda no utilizar una única verdura para llenar la mitad del plato. Puede hacerse monótono, aunque se trate de tu verdura preferida. Otra opción es utilizar la mitad del espacio para una ensalada y la otra mitad para verdura cocida.
Alimentos proteicos. En una cuarta parte del plato se colocan los alimentos proteicos, es decir, la carne, el pescado o los huevos; para vegetarianos podría ser el tofu o las legumbres, por ejemplo. En este grupo hay que tener en cuenta que algunos tipos de productos o métodos de cocción pueden aumentar el contenido de calorías/grasas a nuestra dieta. Si tenemos sobrepeso o obesidad, recomiendo eliminar la parte visible de la grasa de las carnes y utilizar métodos de cocción como la plancha, el horno o la cocción al vapor.
Alimentos farináceos. En otra cuarta parte del plato se colocan alimentos como los cereales (elegir integrales), los tubérculos o las legumbres. Este grupo incluye una gran variedad de alimentos: avena, arroz integral, pan de centeno, maíz, patatas, garbanzos, etc.
- Todo lo mencionado, debe ir acompañado de agua como bebida (dejando los zumos y el alcohol para un consumo esporádico) y, como postre, si queremos algo dulce, es una buena opción optar por la fruta por su contenido en fibra y su poder saciante.
Todo lo mencionado, debe ir acompañado de agua como bebida (dejando los zumos, los refrescos y el alcohol para un consumo esporádico) y, como postre, si queremos algo dulce, es una buena opción optar por la fruta por su contenido en fibra y su poder saciante.
- Podemos jugar un poco con las raciones de los alimentos, ingiriendo más cantidad de los que contienen menos calorías (no pasa nada si nos pasamos al comer verduras o fruta), teniendo presente, siempre, las recomendaciones y proporciones correctas.
Es importante evitar aquellos alimentos que nos proporcionen mucha energía de forma rápida como el azúcar, harinas refinadas presentes en la mayoría de panes, pastas que consumimos habitualmente, así como los refrescos y los zumos envasados.
- Estos productos provocan una subida de glucosa rápida e importante en nuestra sangre lo que estimula una hormona llamada insulina que actúa introduciendo azúcar en nuestros músculos, lo que a primera vista debería ser positivo, solo que cuando la subida de azúcar es tan rápida y brusca, la insulina puede estimular también la entrada de esa energía a las células llamadas adipocitos, las cuales están relacionadas con el incremento del tejido graso en el cuerpo: cadera, vientre y muslos en las mujeres y barriga y caderas en los hombres.
- La clave para perder peso (o mejor, grasa corporal) es priorizar el consumo de alimentos y no de productos industriales.
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