El pescado y el marisco nos aportan una buena cantidad de proteínas y son, prácticamente, las únicas fuentes de yodo. Este mineral es importante, sobre todo, en la infancia, ya que si no se consume pueden producirse problemas intelectuales y de crecimiento. De modo que, aquellas familias e individuos que no consumen, ya sea porque no les gusta o porque están en alérgicas, deberían tomar sal yodada para evitar su carencia. Así, os planteo la primera pregunta:
¿Sabrías distinguir los pescados azules de los blancos? Para que los pueda identificar de una manera sencilla, fijaos en la cantidad de grasa, el color y su cola:
CANTIDAD DE GRASA
Pescado blanco: es sedentario. Encuentra su alimento cerca, por eso no necesita desplazarse demasiado, ni acumular demasiadas grasas.
Pescado azul: es activo. Hace grandes viajes, por lo que necesita acumular grasa.
COLOR
Pescado blanco: la mayoría tiene un tono blanco en su piel.
Pescado azul: la cantidad de grasa influye en la coloración azul.
COLA
Pescado blanco: tiene una cola plana, ya que no necesita una cola potente, al desplazarse poco.
Pescado azul: tiene una cola en forma de flecha que le facilita sus continuos desplazamientos.
¿Qué peces azules podemos encontrar en el mercado?
Encontraremos: la sardina, la anchoa, el atún, el pez espada, el salmón, etc.
¿Y de peces blancos?
Encontraremos: el lenguado, la merluza, el bacalao, el rape, el congrio, etc.
A por la tercera: ¿Cuál de los dos tipos es mejor?
Los peces blancos presentan menor cantidad de grasa y calorías que los azules, pero son menos ricos en omega 3, indispensables para la salud del corazón. Los peces más ricos en grasas, los azules, absorben más fácilmente los tóxicos presentes en las aguas.
Así, los dos son buenos y los dos deben estar presentes en nuestra dieta. No obstante, en lo que respecto a los pescados azules, mejor optar por los de pequeño tamaño que tienen menos tóxicos que los grandes.
Y, finalmente, la cuarta y ultima pregunta ¿Hay diferencias entre el pescado salvaje y el de piscifactoría?
El pescado de piscifactoría es más económico: esto es fácil de entender, ya que, lógicamente, la producción es mayor y, por lo tanto, existen más ganancias. Además, al criar a los peces en un lugar de fácil accesibilidad y controlado se ahorra el gasto que supone sacar un barco a alta mar, que tampoco asegura una pesca segura.
Los peces procedentes de la piscifactoría tienen menos proteína. Esto se debe a la falta de espacio, ya que al no tener libertad de movimiento, los peces no se mueven, haciendo del pescado procedente de piscifactoría un pescado con más grasa y menos músculo, siendo su carne cualitativamente inferior.
Mi Conclusión: es comprar pescado salvaje es la opción más saludable. Pero todo tiene su precio, sus opciones y alternativas
Elisabet Aguiló Psicóloga y coach especialista en nutrición y salud
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