Las personas solo pueden tener relaciones significativas con un máximo de 150 personas: este es el conocido como "número Dunbar".
Las 150 relaciones se ubicarían en función de distintos niveles de intimidad. Cada persona tiene un promedio de tres a cinco relaciones muy cercanas; alrededor de diez son buenas amistades; un grupo de 30 a 35 personas son las que tratamos con frecuencia y; cerca de 100 son conocidos (los que tratamos, ocasionalmente, en el día a día).
El número Dunbar evidencia que nuestra capacidad de hacer y conservar amigos de manera auténtica es limitada. No podemos tener relaciones con 150 personas y que todas sean íntimas. Si se tienen muchísimas relaciones, la mayoría de ellas serán poco profundas y superficiales.
Todas las experiencias compartidas en redes (likes, comentarios, follows, etc) no son comparables con una experiencia compartida en el mundo real. Con la ayuda de las redes podemos establecer el contacto con muchas personas pero, si no invertimos en las relaciones reales (las que mantenemos cara a cara), perderemos la posibilidad de conexión verdadera.
Esto es debido a que no es lo mismo, por ejemplo, comentar una película con un amigo a través de redes sociales; que haber visto la película con el amigo y luego comentarla, cara a cara.
La diferencia más relevante en el contacto social es la cercanía, la cual desaparece en la red. El tacto, por ejemplo, es una parte muy relevante de nuestra socialización. El contacto físico/el tacto libera una cascada de endorfinas que son decisivas para crear relaciones interpersonales. Hasta que las redes sociales no puedan replicar eso, no se creará un verdadero vínculo social.
Las redes sociales no son, únicamente, “sociales”, nos sirven para mantener la relación con ciertos contactos (amigos, familia, pareja) y, además, las utilizamos para hinchar nuestro ego a través de comentarios de personas que no conocemos ("mira en esta foto tengo 1000 likes). Para algunos, sería mejor dejar de llamarlas redes sociales para llamarlas redes a secas. Las personas no sociabilizan solo entre pantallas.
Elisabet Aguiló
Psicóloga
Coach especialista en nutrición y salud
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