Pienso que los sueños suelen ser las mejores inspiraciones cuando deseamos algo con mucho anhelo como una casa. un buen empleo, estudiar una carrera productiva, un viaje por el mundo, o todo aquello que represente mejores condiciones de vida.
Luego de superar los retos del tren y metro logré llegar hasta la estación del Aeropuerto T1, desde allí debí seguir entre la lógica y el sentido común para ingresar a los espacios del aeropuerto.
Inicié una conversacion con Emilia -nombre que le coloco a esta mujer, para respetar su derecho a la privacidad y anonimato - Y como pensé inicialmente que ella igual que yo esperaría su vuelo hasta la mañana siguiente. Le comenté sobre mí, sobre mi profesion de socióloga y mi llegada reciente a España, mis ansias de conocer sobre el gentilicio, las maravillas de su historia, sobre las oportunidades de hacer realidad los sueños, tanto de los nacionales y de los migrantes, de los trabajos y la calidad de vida de todos los que vivían y compartían en este hermoso país...no tardaría ella misma en contarme sobre sus sueño, su realidad, y experiencia.
Emilia, de nacionalidad argentina, con 65 años, con casi dos años de haber llegado a Madrid, y gracias a una amiga de origen latinoamericano que le ofreció una habitación donde dormir, y un trabajo de cuidadora interna para atender a una señora española de 75 años que padecía de cáncer con metástasis en grado terminal, quien vivía en la casa de una de sus hijas. Emilia desconocía que debido a esta situación de enfermedad su trabajo solo le duraria 15 dias debido al fallecimiento de la persona que cuidaba. A partir de esa circunstancia no se imaginó que comenzaría su viacruc¡s, ya que además de no tener modo de subsistencia tambien se quedo sin sitio donde dormir. Todo le cambió de manera abrupta.
En ese momento su amiga no se encontraba en España para apoyarla, por lo que Emilia tenia que resolver de forma inmediata su situacion. La ventaja es que no era la primera vez que venia a trabajar de cuidadora en España. Ya lo habia hecho en otra oportunidad, sabiendo que era un empleo temporal, ahorraba el dinero y luego regresó a su pais para mantener su estilo de vida. Pero ahora la realídad era otra. Se dio cuenta que las personas migrantes ya no eran tan bienvenidos como en su anterior experiencia.
Mientras Emilia me contaba su historia, escuchaba de momento la tos de quienes dormían en el suelo frio, y a una señora que hablaba con gritos, y que quizás padecia algun tipo de trastorno mental. Emilia me comentaba que sucedia esto siempre, que la señora tenia pesadillas y siempre gritaba.
Me comenta que ahora no cuenta con el permiso de residencia y aun no le han dado cita para empadronarse. hace unos cuatro meses esta trabajando como interna cuidando a una señora, con problemas de movilidad y de casi 80 años. Este nuevo empleo era de ensueño para Emilia, ya que al estar de lunes a lunes, podia vivir allí. Pero la situación cambió cuando le han dado desde el viernes en la noche libre para regresar el domingo en la noche, ya que aún no poseía el dinero suficiente para poder alquilar una habitación.
Emilia nunca ha comentado su situación a la familia de la señora que cuida, tampoco a su familia en su pais de origen. Nadie en Argentina sabe lo que hace Emilia en este momento para trabajar y para vivir en un pais moderno, y de posibilidades para trabajo y calidad de vida para quienes realmente asumen el reto de enfrentar los obstáculo para hacer realidad sus sueños.
Hace un par de meses Emilia escuchó en una conversación con otras personas en la fila del comedor social llegó a enterarse que en los aeropuertos duermen personas en situacion de calle, pero solo llegar hasta allá implica gastos de transporte por lo cual no es facil para cualquiera acceder a estas instalaciones. Al llegar a la sala. vio con sus propios ojos a las personas durmiendo en las sillas y en el suelo.
Cuando le pregunte a Emilia cuanto tiempo llevaba hace esto, me dijo con un poco de tristeza que ya iba para dos meses, pero lo seguiría haciendo un tiempo mas hasta que mejorase su economia y lograse regularizar su situación en España.
Finalmente me di cuenta que habia transcurrido mas de 7 horas en la conversacíon con Emilia, intercambiando algunas anécdotas y su historia, pero debía subir al piso superior del aeropuerto para continuar con
mi viaje, le dije a a Emilia que ya debía dejarla, y acto seguido me confesó que en los casi dos meses de su estadia alli de fines de semana no conocía el area a la que me dirigía, asi que subimos las dos juntas.
En cuanto llegamos a la planta superior se escuchaba en los altavoces la información sobre mi viaje y hacia donde debia dirigirme, le exprese mis disculpas por no seguir acompañandola por más tiempo y ella solo me dijo que lo entendía, y que por favor no la olvidara, intercambiamos contactos celulares y aqui estoy aqui...contando la historia de Emilia en su situación del aeropuerto para los durmientes, sean personas migrantes sin papeles y sin dinero para alquilar habitaciones, o bien sean ciudadanos nacidos en España, pero que por algunas razones deciden o se ven obligadas a mantenerse en situacion de calle y a usar el aeropuerto u otros espacios para dormir o descansar de manera un poco mas segura, cada dia de sus vidas.
Aun falta por investigar, analizar y definir las posibles causas que hacen que una parte de la población a vivir de la manera como hemos descrito en este artículo, pero ese sera otro tema y otro artículo o quizas muchos más.
Soc.SorayaJiménez
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