1. Estilo educativo y modelos.
Modelo de la modernidad: cultura adultista. El orden y la patria potestad que da derecho a los padres sobre los hijos sin considerar los derechos y necesidades de estos últimos: se come esto, se hace esto otro. Represión infantil. Abuso de poder de los adultos sobre los niños.
Modelo posmodernidad: libertinaje infantil. Las personas necesitamos rutinas, límites y seguridad. En caso de padres separados, que en casa del padre hay unas normas y en casa de la madre otras muy diferentes ¿A qué puede conducir? Hay que establecer una buena comunicación y la misma línea de educación para que el hijo no tenga un cacao.
2. Estilo educativo y personalidad del niño. Las características de los niños. Niños con diferentes características van a evocar distintas respuestas de padres. Un niño difícil puede inducir a los padres a mostrarse más autoritarios mientras que un niño dócil lleva a los padres a un estilo más democrático.
3. Estilo educativo a lo largo del tiempo. A través de la experiencia, del entorno y de la información recibida, los padres no tratan igual a los bebés que cuando estos se convierten en adolescentes. La paternidad es muy personal, los padres aprenden del ensayo y error. Hay padres con dos hijos han demostrado tener un estilo totalmente diferente. Con el hijo más dócil y responsable han sido muy autoritarios y con la hija, mucho más difícil han sido padres con un estilo muy permisivo. Esto se debe precisamente a que quizás con la niña se han visto sobrepasados.
4. Estilo educativo y dimensiones. Haciendo un análisis, podemos observar que los estilos de crianza se definen alrededor de dos dimensiones, el afecto y el control. El afecto es imprescindible para el desarrollo del niño, pero si este aparece sin una contrapartida de control, como en el estilo permisivo, es decir sin que el niño reciba lo que se espera de él, puede provocar falta de madurez, agresividad y dificultades en el control de los propios impulsos. Así mismo, cuando el control y la exigencia de obediencia no van acompañados de las suficientes manifestaciones de afecto, puede provocar tensión, ansiedad y la tendencia a la introversión.
5. Estilo educativo y emociones displacenteras. La parentalidad no se reduce solamente a un conjunto de pautas de crianza que los padres tengan que poner en práctica con los hijos, es una experiencia mucho más compleja. En este sentido, se antoja necesario conceder gran relevancia a las emociones que se despiertan y generan en los progenitores cuando son padres.
Elisabet Aguiló
Psicóloga
Coach especialista en nutrición y salud
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