Según el Modelo Big Five, se proponen varios rasgos que conforman la personalidad de las personas: extraversión, apertura a la experiencia, neuroticismo, responsabilidad y amabilidad.
Hay personas más sensibles a las recompensas externas que otras (orientadas a la extraversión o a la apertura a la experiencia), otras más sensibles a la ansiedad y que muestran mayor activación a sus sistemas de estrés (neuroticismo), personas con mayor capacidad de inhibir impulsos gracias a una buena conectividad y desarrollo de sus lóbulos frontales (responsabilidad) y hay personas más dispuestas a mirar por los demás que por sus intereses individuales (amabilidad).
Puede ocurrir que determinados rasgos de la persona sean mal adaptativos y causen un sufrimiento a la persona o a las personas de su alrededor.
Unos rasgos problemáticos serían los que presenta el personaje de Hannibal Lecter, por ejemplo. Su peculiar personalidad sería mal adaptativa porque lo convertiría en un psicópata y un peligro para la sociedad.
1. EXTRAVERSIÓN
Puntúa muy alto en intraversión, presentando un repetitivo e incesante trastorno antisocial con incapacidad para adaptarse a las normas sociales.
2. NEUROTICISMO
Posee un bajo neuroticismo, gracias a su narcisismo, el cual le impide ponerse nervioso y en riesgo.
3. RESPONSABILIDAD
Puntúa muy alto en responsabilidad, su narcisismo e intelecto lo refuerzan. Tiene una necesidad de control vertiginosa que no le permite dejar nada al azar.
4. APERTURA
Presenta una apertura alta mostrando un elevado nivel cultural además de gran inteligencia, sabiduría y agilidad mental.
5. AMABILIDAD
Su puntuación en amabilidad es baja, a pesar de que se muestra siempre educado y amable, no siente ningún tipo de respeto hacia las personas, tiende a mentir y manipular.
Contrariamente, unos rasgos adaptativos serían los que presenta el Doctor House, ya que a pesar de su falta empatía con el otro y su acusado narcisismo, sus rasgos de personalidad le permiten salvar vidas y hacer bien su trabajo.
1. EXTRAVERSIÓN
Puntúa bajo en extroversión. No quiere trabajar en equipo, ni le gusta el intercambio social, salvo para lo que considera necesario.
2. NEUROTICISMO
Posee un bajo neuroticismo. Es muy sofisticado y astuto de modo que siempre va un paso por delante y manteniendo esa ilusión de control sobre todas las cosas, personas y situaciones.
3. RESPONSABILIDAD
Responsabilidad alta, reforzada por su narcicismo. Le gusta restregar en la cara de su jefa sus diagnósticos acertados.
4. APERTURA
Apertura a la experiencia alta. Tiende a explorar un sinfín de ideas y enfermedades y eso hace que acierte en sus diagnósticos.
5. AMABILIDAD
Puntúa bajo en amabilidad. Le importa más hacer lo que él cree que debe hacer que agradar o generar armonía en un grupo.
Visto los dos casos, es importante comprender que no existen rasgos de personalidad buenos o malos en sí mismos. Por ejemplo, un poco de egoísmo puede llegar a ser saludable cuando necesitamos defender nuestros derechos (no necesitamos ubicar el rasgo de amabilidad al extremo, ya que sería mal adaptativo al no tener en cuenta nuestros intereses y poner por encima los de los demás). De la misma forma, la búsqueda desmesurada de nuevas experiencias (rasgo de apertura al extremo) puede conducir a la adicción de sustancias. Por tanto, todo radica en encontrar el equilibrio y, sobre todo, ser capaces de modular nuestros rasgos de personalidad con el entorno.
También, no debemos concebir los rasgos de manera dicotómica (por ejemplo, responsable-irresponsable) sino en un contínuo o grado. Si una persona es irresponsable, le será muy difícil sino imposible que sea una cosa que no es (súper responsable) pero, podrá mejorar su nivel de responsabilidad para que no sea mal adaptativo, por ejemplo, sea puntual en los días de trabajo y no pierda el empleo.
Elisabet Aguiló
Psicóloga
Coach especialista en nutrición y salud
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