El consumo de azúcar causa
estragos en nuestro cuerpo, provocando obesidad y diabetes.
La gente está muy
acostumbrada a altas dosis de azúcar (por ejemplo, en el café) y a quienes abusan
se les recomienda ir reduciendo, paulatinamente, las dosis hasta que sus
papilas se van acostumbrando poco a poco al sabor dulce de las comidas, sin
edulcorarlas.
Se trata de reeducar, enseñar
a disfrutar de cosas más sencillas y simples (aprender a disfrutar de la comida
y no de ella como si fuera un dulce).
Aunque es cierto que si
hablamos de una persona con baja responsabilidad e impulsiva (la que no se
responsabiliza de sus actos o no es consciente de sus acciones o no tiene el
control de la situación), será más difícil seguir cualquier consejo y el
proceso de cambio no será tan sencillo.
La reeducación solo teniendo en cuenta rebajar el número de dosis de azúcar que se toma la persona tiene sus límites y uno debe considerar otros aspectos como la personalidad y el entorno de la persona (se tienen que determinar los factores por los cuales la persona recurre a los azúcares y no, simplemente, dar pautas de cómo disminuir el azúcar. Es decir, se tiene que analizar tanto el cómo sea la persona (determinar su responsabilidad, impulsividad, necesidades cortoplacistas) como las circunstancias que vive esta (estrés), ya que marcaran el que pueda o no disminuirlo.
Elisabet Aguiló
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