El “gaslighting” es una forma de manipulación utilizada para hacer que la víctima dude de su propio criterio.
Es un abuso emocional muy sutil que puede pasar desapercibido: "tú estás loco/a"; "yo nunca dije eso, te lo estás imaginando"; "eso nunca pasó"; "tú eres muy sensible, era un chiste solamente", Eres exagerado/a", "estás haciendo una tormenta en un vaso de agua", etc; serían ejemplos de contestaciones usando esta técnica.
¿Cómo determinar si estamos en una situación de "“gaslighting”?
1- Nos cuesta tomar decisiones, incluso aquellas simples.
2- Nos cuestionamos las acciones, constantemente.
3- Nos preguntamos si somos demasiado sensibles.
4- Siempre nos estamos disculpando.
5- Sentimos que no podemos hacer nada bien.
Es decir, llegamos a creer que, realmente, hay algo malo en nosotros, nos volvemos inseguros y acabamos por depender de la opinión de los demás.
¿Cómo hacer frente a este abuso emocional?
1- Confía en tu intuición. Si sientes que algo no está bien, ponle atención a eso y examina qué partes no cuadran.
2- No busques la aprobación. Eres perfectamente libre de opinar de forma diferente a la otra persona. "Estamos en desacuerdo" o "Pensé en lo que me dijiste pero no lo siento verdad para mi" o "Escucho lo que dices, pero mi realidad es muy distinta a la tuya".
3- Valida tus emociones. Recuerda que las emociones no son ni buenas ni malas y nadie te puede decir si lo que sientes es aceptable o no. Si tú dices “me sentí triste por lo que hiciste” no lo estás sometiendo a debate. No te disculpes por sentir.
Es habitual en las relaciones de pareja pero, el “gaslighting” se extiende, también, fuera del hogar o relaciones de pareja (se encuentra en el trabajo con jefes déspotas, compañeros trepas o clientes sin empatía).
Elisabet Aguiló
Psicóloga
Coach especialista en nutrición y salud
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