Todos nacemos con un rasgo genético que nos predispone a ser zurdo o diestro, por cierta dominancia motora de nacimiento.
Si hacemos que la persona no use el brazo dominante y le imponemos que utilice el otro, podemos hacer que la persona gane destreza (neuroplasticidad) con su brazo no dominante y que lo acabe usando.
Hay personas que dirían que eso demuestra que ser zurdo o diestro no es genético, sino aprendido. Esta interpretación sería errónea.
Que exista un sobreaprendizaje impuesto no implica que las personas no tengan unas tendencias innatas, unas predisposiciones. Las predisposiciones existen y el ambiente actuará sobre ellas expresándolas o inhibiéndolas. En relación con ello, las personas podemos heredar, por ejemplo, una tendencia a las obsesiones cognitivas/rumiaciones (rasgo neurótico).
Dicha predisposición puede formar lo que hoy en día llamamos trastorno depresivo, si el ambiente facilita su expresión (conflictos familiares, pocos amigos, introversión).
No podemos afirmar que se hereda el trastorno pero, sí ciertas tendencias que pueden generar una u otra conducta problemática.
Elisabeth Aguillo
Psicóloga Coach especialista en nutrición y alimentación
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