Entre otras de las actividades que organizamos, y trabajamos fue la del pasado 10 de Marzo del presente año junto con el consulado General del Ecuador organizamos el encuentro de mujeres migrantes en Cataluña, con el objeto de abordar las problemáticas que atraviesa el sector entorno a inserción laboral e igualdad de género.
El dia el evento estuvieron presentes, la Coordinadora General de esta asociación (AOMICAT) junto alcónsul Juan Carlos Coellar y la vicecónsul, Marianita Pijal. de dicho consulado. También asistieron otras organizaciones, y asistentes.
Una vez más, la Asociación -AOMICAT- se hizo presente en este tipo de convocatorias que tienen por finalidad la lucha de igualdad de derechos de la mujer migrante.
La coordinadora General del proyecto de capacitación socio laboral de AOMICAT, Arelis Guaramato, colaboró como mediadora en la mesa de trabajo: Mujer y Empoderamiento Laboral, mientras que nuestras alumnas del Curso de Asistentes a los cuidados de la dependencia participaron de forma activa en el proceso organizativo y en las diversas actividades del evento.
La apertura de la jornada comenzó con diferentes ponencias de autoridades del Consulado y de invitados vinculados a la política de género.
En la búsqueda de soluciones a las problemáticas que sufren las mujeres migrantes, las participantes del encuentro pudieron expresar su vivencias, inquietudes y propuestas a través de tres mesas de trabajos: Mujer y empoderamiento Laboral, Participación en la toma de decisiones y Mujer e igualdad de género.
Ser mujer, migrante y trabajadora del hogar es sinónimo de una triple discriminación a la que se enfrentan la mayor parte de mujeres. Es por ello que tanto autoridades, invitados como asistentes, coincidieron en que es vital abordar la situación que atraviesa el sector para evitar la discriminación y la explotación.
Invisibilidad de miles de mujeres
La migración social de la mujer migrante implica su invisibilidad tanto en el ámbito laboral; debido al tipo de trabajo que realizan y por las condiciones laborales que aceptan, así como en el ámbito socio-político; ya que no se les toma en consideración como actores sociales o agentes de decisión y/o participación en la vía pública.
Existen factores estructurales que convierten a las mujeres migrantes en ciudadanos de segunda. Se hace imprescindible reivindicar la necesidad de asumir la construcción de una sociedad en la que se reconozcan y garanticen las condiciones de igualdad y vida digna para las mujeres extranjeras. Las féminas extranjeras sufren una triple discriminación: como mujer, como trabajadora y como migrante.
En el ámbito laboral, la mujer migrante en comparación con la mujer autóctona se ubica en aquellas ocupaciones situadas en los estratos más bajos de la estructura ocupacional, cubriendo huecos laborales peor pagados y con menos prestigio social.
El trabajo doméstico no debe ser el único camino de las mujeres migrantes, para romper con esta cuestión sociocultural y política, es fundamental la participación de las propias féminas migrantes. Nada cambia por inercia, por ejemplo, el voto femenino se consiguió gracias a una lucha y así pasa con todo.
Dar visibilidad a la mujer migrante en España es una asignatura pendiente. Aún queda mucho por hacer.
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